El ionograma suele ser parte de un análisis de sangre de rutina o de un perfil metabólico completo. También se puede usar para averiguar si hay un desequilibrio de líquidos o del nivel ácido-base en el cuerpo.
Los electrolitos se suelen medir al mismo tiempo, pero a veces se miden por separado. Si el profesional de la salud sospecha que hay un problema con un electrolito específico, puede pedir otras pruebas.